La Inteligencia Artificial (IA) es un aliado muy valioso para la creación de contenidos online, ya que nos ha permitido dar vida a textos que abordan los temas más dispares de forma automática y, por consiguiente, extremadamente rápida. Sin embargo, la IA sigue siendo un instrumento en proceso de perfeccionamiento, por lo que necesita un cierto nivel de control humano.
Las máquinas (ordenadores, smartphones y, en general, dispositivos electrónicos) están resultando cada vez más eficientes y precisas a la hora de sustituir a los seres humanos en sus actividades, incluidas las creativas (como la escritura). Sin embargo, a pesar de la rapidez del desarrollo tecnológico, estas herramientas aún no se han desarrollado hasta el punto de poder reemplazar completamente un cerebro «de carne y hueso».
El proofreading, por tanto, representa en esta fase histórica un as en la manga esencial para quien quiere producir un contenido que no solo sea profundo y estructurado, sino también correcto desde un punto de vista gramatical, ortográfico y morfosintáctico.
Qué es el proofreading y por qué es importante
El concepto de proofreading es bastante intuitivo. Frente a un contenido textual, producido de manera automática por una Inteligencia Artificial, surge la necesidad de tener una persona encargada de modificarlo, corrigiendo errores grandes y pequeños dentro del texto mismo.
La carga de trabajo para el proofreader generalmente depende del tipo de texto de partida: en el caso de los textos más técnicos será generalmente menor y dará lugar a un número de modificaciones relativamente bajo; diferente es el discurso para un texto literario y más creativo, donde la inteligencia humana sigue siendo muy superior a la IA.
Normalmente, el proofreader se ocupa de:
- corregir palabras equivocadas
- corregir errores de formato
- cambiar la puntuación, si se utiliza incorrectamente
El trabajo de proofreading es esencial para la publicación de un texto sin (o casi) imperfecciones.
Los límites del proofreading
Resulta bastante evidente que el control manual de los textos tiene sus pros y sus contras. En comparación con la Inteligencia Artificial, un texto generado y corregido por un ser humano requiere mucho más tiempo para ser producido.
Además, los proofreaders son a todos los efectos profesionales: como tales, deberán ser remunerados por su trabajo. Por lo tanto, una empresa que planea publicar contenido de calidad debe ser consciente del presupuesto que debe invertir (también) en este tipo de negocio.
Por último, está el tema, por así decirlo, de la «perfección». De hecho, es evidente que la perfección total y absoluta no existe: este es un principio que se aplica tanto a los dispositivos informáticos como, con mayor razón, a los seres humanos. Cualquier persona, incluso la más experimentada, puede incurrir en un error. Las desviaciones más banales (generalmente se trata de errores tipográficos) permanecen sin cambios justo cuando un texto ha sido leído y releído decenas de veces, y cuando el cerebro del proofreader se ha acostumbrado tanto al mismo texto que ya no puede darse cuenta de ciertos errores.
En conclusión, vale la pena poner en la balanza los costes y beneficios del proofreading, analizando en primer lugar el tipo de texto que necesitarás y evaluando en qué medida estás dispuesto a confiar completamente en la Inteligencia Artificial, con todos sus límites.
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